Mientras caminaba por el centro de Lima, me encontré con una amiga y nos metimos a una disco de esas que abundaban en la capital a mediados de los 90’s, la mayoría ilegales, donde se vendía licor a menores y para ser sinceros bastante chibolo malogrado paraba en esas tardes discotequeras del centro de Lima.

Me jaló a una donde se suponía que estaban sus amigas (y digo suponía porque no habían celulares en esa época y no las podía llamar, por lo menos no para la clase media baja como nosotros) muy pequeña, un bailarín hacia de las suyas en la pequeña “jaula” en lo alto del segundo piso de la pequeña discoteca.

Yo bailaba con ella, sus amigas aparecieron de no se donde cada una con un chico, y entre ellos no se conocían, bueno dejemos las cosas claras, las chicas eran unas jugadoras (chicas fáciles, perrunchas, players, etc), y no es tratarlas mal, es la realidad, pero igual la pasaba mostro con esta amiga.

Entre nosotros hicimos una chancha (juntar dinero para comprar algo) para las cervezas y empezamos a discotequear. A las 5 de la tarde, ya estaba algo lleno el lugar, era viernes, la discoteca se llenaría luego, mas cervezas, mucho ruido, varias canciones coreadas en el grupo y no se muy bien como terminamos en un taxi rumbo a la casa de nosequien.

En esa casa no había nadie y en menos de lo que llegamos estaban chapando en los sillones, mi amiga se me pego demasiado y bueno terminamos chapando en la cocina, en un rinconcito al lado del refri.

Las ganas pudieron más, la libido aumento mucho más, y terminamos en una cama al día siguiente, un condón en el suelo, un dolor de cabeza espantoso, y unas tremendas ganas de comer al amanecer.

El revolcón con mi amiga, nunca mas volvió a ocurrir, a sus amigas difícilmente recuerdo haberlas visto luego, pero al grupito ganador de chicos q tuvimos sexo esa noche, de cuando en cuando suelo encontrar en msn para rememorar esa tarde que como nunca fui tan heterosexual como la canción de Machito Ponce que coreábamos y bailábamos esa noche ¡ahora te voy a poner a gozal!